Mientras escribía esto, pensaba en cómo sería adecuado disculparme por mi prolongada ausencia, pero entonces, recordé que prácticamente no tenemos lectores >< . En todo caso, para aquellos que sí están al tanto de lo que pasa en el blog y principalmente para mis compañeros del mismo, una sincera disculpa. Sobra dar estúpidas excusas, pero créanme cuando les digo que para nada me he olvidado de este maravilloso santuario para la divulgación de nuestras locuras.
Hoy les quiero hablar un poco sobre algo de mucha trascendencia en mi vida, algo con lo que espero y supongo muchos se pueden identificar: la música. No sé si ocurra con ustedes, pero en mi caso, aún hoy en día me maravilla e intriga el efecto tan único y mágico que la música puede ejercer sobre mí, ¿Cómo es posible que un montón de simples ondas de presión sonora de diversas amplitudes y frecuencias me puedan conmover con fuerza tan abrumadora? Jamás lo sabré, pero entenderlo es por mucho lo que menos me preocupa.